¿Hasta qué punto puede
ayudar el coche conectado a hacer de nuestras carreteras un lugar más seguro? Google
sigue explorando en su base de Mountain View las posibilidades del coche
conectado, el coche autónomo, e incluso de sus sistemas instalados en los
coches que inmortalizan las calles y las carreteras de medio mundo. ¿Y si esos
sistemas fueran capaces de identificar baches en la carretera? ¿Y si esa
información pudiera utilizarse más adelante para esquivarlos, para asegurarse
de que tu coche buscase el tarado de amortiguadores más cómodo para
absorberlos, o incluso denunciase a las autoridades esas incidencias para
conminarles a corregirlo?
Este mismo verano Google
patentaba un sistema para monitorizar y reportar incidencias en la carretera,
referentes a su calidad. El dispositivo encargado de detectar baches
sería más sencillo de lo que podemos imaginarnos. Lejos de basarse en un
sistema de cámaras, y reconocimiento de imágenes, Google y uno de sus
inventores habrían patentado un sistema que analiza la calidad de la vía en función
de las vibraciones que transmiten los amortiguadores, y una serie de sensores
de movimientos horizontales y verticales.
El segundo paso, una vez
detectadas esas incidencias, sería registrar su posición exacta mediante GPS.
Esa información pasaría a una base de datos central, a partir de la cual se
podrían llevar a cabo diferentes medidas, empezando por la creación de
un inmenso mapa mundial de baches. Por ejemplo, esa información podría
utilizarse en el sistema de mapas de Google. Imaginemos un navegador que nos
incluya la opción de escoger la ruta más cómoda, con menos baches. Esa
información también podría ser suministrada a sistemas de suspensiones
adaptativas. Y, tal y como apuntábamos en el título, esa información también
podría utilizarse para reportar la presencia de baches a las autoridades y
esperar que estas actúen corrigiéndolos.
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